Planchar la ropa es algo que debemos hacer para que nuestras prendas luzcan sin arrugas y visualmente atractivas. Es una tarea que puede ser algo pesada si no contamos con una buena plancha o centro de planchado. Sin embargo, ¿cuál de los dos tipos de planchas conviene comprar?
Comprar una plancha o comprar un centro de lavado
Es importante mencionar que en términos de calidad de planchado, básicamente los resultados son los mismos cuando se comparan las planchas tradicionales y los centros de planchado. La diferencia principal entre estos dos sistemas de planchado se encuentra en la disponibilidad de vapor. De hecho, en términos de equipamiento, no hay una gran diferencia respecto a sistemas anti-cal, tipo de suela o spray frontal, etc.
Probablemente el aspecto más importante para el usuario tiene que ver con la cantidad de ropa que se desea planchar. Por supuesto en función de las necesidades, así como de las limitaciones de cada persona, incluyendo las económicas, limitaciones de espacio o de manejabilidad, el optar por una u otra opción.
Pero más allá de comprar una plancha o un centro de planchado, antes de hacerlo es fundamental considerar varios aspectos que nos ayudaran a escoger la opción más adecuada. Entre estos podemos mencionar los siguientes:
- Las dimensiones de la plancha. Aquí hay que tener en cuenta que los centros de planchado usualmente son voluminosos, incluso algunos modelos llegan a pesar entre 6 a 7 kilos con depósito lleno. La plancha por el contrario es mucho más ligera debido a que no lleva integrado el depósito del agua.
- Como mencionábamos antes, la cantidad de ropa a planchar también es un aspecto fundamental al momento de escoger una plancha o un centro de planchado. En este sentido debemos tener presente que el depósito de agua, ya sea con presión o no, permite planchar una gran cantidad de ropa.
- En cuanto al tipo de suela, por lo general se produce vapor cuando la plancha se encuentra muy caliente. Por lo tanto, cuando se tiene que planchar prendas de tejidos como la seda, la lana o sintéticos que no soportan altas temperaturas, se debe planchar sin vapor, a excepción de que se coloque una suela adicional. Si bien esto es útil, la realidad es que se consume mucha más electricidad.
- La posibilidad de regular el caudal de vapor es un aspecto importante a considerar en la elección de la plancha o centro de planchado.
La superficie para planchar
Cabe mencionar que en algunas planchas la superficie está fabricada de metal aluminio, lo cual si bien ofrece ventajas respecto a su ligereza, también es un hecho que presenta inconvenientes en cuando su capacidad para resistir golpes y rozaduras. Los materiales con que están hechas las planchas es importantes tomarlos en cuenta también.
El aluminio por ejemplo, no desliza del todo bien y generalmente la suela se pega a la ropa cuando se plancha. La superficie de aluminio también es común que tengan baja resistencia al rayado, por lo que básicamente su única ventaja es su ligereza.
En el caso de las planchas de acero inoxidable, aquí el deslizamiento básicamente depende del tratamiento del acero. Lo cierto es que en la mayoría de los casos, los usuarios tienden a escoger este tipo de planchas hechas con este material.
También puedes encontrar planchas con esmaltados de acero, que ofrecen un excelente deslizamiento, además de una alta capacidad de resistencia al rayado. Igualmente existen planchas con revestimientos de acero y cerámicos especiales, sin embargo en la mayoría de los casos su resistencia al rayado depende del tipo de revestimiento.
Al final no debemos olvidar que como con cualquier otro electrodoméstico o producto para el hogar, una plancha o centro de planchado no debe valorarse únicamente en términos de su precio. Es decir, nunca debemos guiarnos por una plancha que cueste mucho dinero ya que eso no necesariamente garantiza que sea la mejor plancha ni que nos ofrezca los mejores resultados.
Al elegir entre una plancha o comprar un centro de planchado, siempre debemos tener en mente nuestras necesidades, no únicamente en términos de la cantidad de ropa que usualmente tenemos que planchar, sino también en cuanto a sus materiales, resistencia, eficiencia, durabilidad, tamaño, peso y funciones adicionales.